Ya hace
años dijiste:“Soy en
el fondo una cuestión de luz”.
Y ahora
todavía al apoyarte en los
anchos omóplatos del sueño
incluso
si te arrojan al
pecho adormecido del océano
buscas
esquinas en las que lo negro se ha
desgastado y no resiste
a
tientas vas buscando la lanza destinada
a
perforar tu corazón para
abrirlo a la luz.
Versión de Isabel García Gálvez
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