La vida que yo veo 
anhela los extremos confines, 
el Desierto, la Selva, y nada más. 
Veo que Setiembre, 
el de los Rojos Helechales, 
deplora su materia; 
que hubiera preferido ser 
sólo Nieve, Inmensidad y Lobos. 
Veo que el Sol 
sueña con la pura Luz, 
y que la Noche 
añora los tiempos primordiales, 
cuando todo era noche. 
Miro también a mi corazón, 
y descubro que sus deseos 
se resumen, desgraciadamente, 
en dos palabras: 
la palabra Siempre, 
la palabra Nunca. 
Bernardo Atxaga
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario