"El amor no es algo que se profese
para que surta efecto ni razonablemente se aplique;
el amor es fuego. Contemplad una llama desgarrada
desde el aire, intentad oír al lobo
que aúlla a la cándida luna
y percibiréis la naturaleza del amor.
El rostro de un amante se inflama
y arde impetuoso sobre
la capciosa razón que solo nombra.
Para amar debéis ser transparentes y estar dispuestos
a darlo todo, o la llama del amor se extinguirá en vosotros.
Os guían los sentidos, un manto de razón
asfixia vuestra voluntad de entregaros
por entero, y no estáis desesperados como el pez
que el mar ha arrastrado hacia la costa
y, a fin de sobrevivir, lucha contra la arena inexorable.
La aspiración por sí sola no basta; sin amor es un cedazo perforado
y obstruido por la escoria de la especulación.
El Valle del Amor es fuego, y aquellos que entran y viven en él
son también fuego enloquecido, y desesperadamente claman:
¡El amor es mi vida!, y en el Amado se hunden hasta morir".
Farid ud-Din Attar. De La Conferencia de los Pájaros. (Poema sufí del siglo XII)
Versión de Raficq Abdulla.
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