¡Teresa, alma de fuego;
Juan de la Cruz, espíritu de llama;
por aquí hay mucho frío, padres; nuestros
corazoncitos de Jesús se apagan!
***
¡Oh fe del meditabundo!
¡Oh fe después del pensar!
Sólo si viene un corazón al mundo
rebosa el vaso humano y se hincha el mar.
***
¿Dices que nada se pierde?
Si esta copa de cristal
se me rompe, nunca en ella
beberé, nunca jamás.
***
Mirando mi calavera
un nuevo Hamlet dirá:
He aquí un lindo fósil de una
careta de carnaval.
***
Moneda que está en la mano
quizá se deba guardar;
la monedita del alma
se pierde si no se da.
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