Grace to Be Said at the Supermarket
This God of ours, the Great Geometer,
Does something for us here, where He hath put
(if you want to put it that way) things in shape,
Compressing the little lambs into orderly cubes,
Making the roast a decent cylinder,
Fairing the tin ellipsoid of a ham,
Getting the luncheon meat anonymous
In squares and oblongs with all the edges bevelled
Or rounded (streamlined, maybe, for greater speed).
Praise Him, He hath conferred aesthetic distance
Upon our appetites, and on the bloody
Mess of our birthright, our unseemly need,
Imposed significant form. Through Him the brutes
Enter the pure Euclidean kingdom of number,
Free of their bulging and blood-swollen lives
They come to us holy, in cellophane
Transparencies, in the mystical body,
That we may look unflinchingly on death
As the greatest good, like a philosopher should.
Acción de gracias para ser recitada en un supermercado
Este Dios nuestro, el Gran Geómetra,
hace algo por nosotros aquí donde ha puesto
(por decirlo de algún modo) las cosas en forma:
comprimiendo corderitos en dados ordenados.
convirtiendo el asado en un pulcro cilindro,
ciñendo al jamón a una lata elipsoide,
convirtiendo el anonimato de la carne picada
en cuadrados y óvalos de borde biselado
o redondeado (aerodinámicos, quizá, para mayor rapidez).
Alabado sea Él, que ha conferido distancia estética
a nuestros apetitos y ha impuesto formas significativas
al sangriento revoltijo de nuestra natural herencia:
nuestra indecorosa necesidad. Gracias a Él
las bestias entran en el reino euclideano de los números,
libres de sus vidas abultadas y henchidas de sangre.
Vienen a nosotros santificadas, en transparencias
de celofán, en el cuerpo místico,
para que contemplemos impávidos la muerte
como el más grande bien, cual si fuéramos filósofos.
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