domingo, 5 de abril de 2015

Eduardo Jordá: Mirlo



Conocemos su canto en la mañana,
temprano, muy temprano,
cuando nos reconforta oírlo, alegre,
bajo la lluvia desvelada.
Pero nada sabemos de sus hábitos

de pájaro agresor que coloniza
territorios ajenos,
y que destruye nidos, y que roba
los huevos más pequeños
y que hace desdichados
a otros pájaros menos testarudos.
 De su vida secreta, no sabemos
nada; o mejor dicho,
preferimos creer que no sabemos.
 Nos basta con su canto,
su canto desvelado que nos mece.

Pero otros muchos pájaros, más débiles,
o quizá más modestos,
pagan por ese canto con sus vidas.


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