No, no has muerto, no.
 Renaces,
con las rosas en cada primavera.
Como la vida, tienes
tus  hojas secas; tienes tu nieve, como   
la vida...
Mas tu tierra,
amor, está sembrada
de profundas  promesas,
que han de cumplirse aún en el mismo
olvido.
¡En vano es  que no quieras!
La brisa dulce torna, un día, al alma;
una noche de  estrellas,
bajas, amor, a los sentidos,
casto como la vez primera.
 ¡Pues eres puro, eres
eterno! A tu presencia,
vuelven por el azul, en  blanco bando,
blancas palomas que creíamos muertas...
Abres la sola  flor con nuevas hojas...
Doras la inmortal luz con lenguas nuevas...
 ¡Eres eterno, amor,
como la primavera!
 
 
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