lunes, 17 de noviembre de 2014

Gerard Manley Hopkins: No worst, there is none


No worst, there is none. Pitched past pitch of grief,

More pangs will, schooled at forepangs, wilder wring.

Comforter, where, where is your comforting?

Mary, mother of us, where is your relief?


My cries heave, herds-long; huddle in a main, a chief

Woe, wórld-sorrow; on an áge-old anvil wince and sing —

Then lull, then leave off. Fury had shrieked 'No ling-

ering! Let me be fell: force I must be brief."'


O the mind, mind has mountains; cliffs of fall

Frightful, sheer, no-man-fathomed. Hold them cheap

May who ne'er hung there. Nor does long our small

Durance deal with that steep or deep. Here! creep,

Wretch, under a comfort serves in a whirlwind: all


Life death does end and each day dies with sleep.
  


    Nada peor, no hay nada. Lanzado más allá del abismo del dolor, nuevas punzadas,
entrenadas en otras anteriores,
 me retorcerán aún más salvajemente.
Tú, que consuelas, ¿dónde, dónde está tu consuelo?
María, madre nuestra, ¿dónde está tu alivio?
Mis gritos lanzo, largos como rebaños; se apiñan en un único, en un primigenio
lamento del pesar del mundo;  sobre un yunque viejo como el tiempo, me doblan de dolor y repican-
Luego se aquietan, luego paran. La Furia había gritado: “¡No permanece-

! Seré cruel: por fuerza he de ser breve.”

Oh la mente, la mente tiene montañas; acantilados de precipicios
horribles, escarpados, oscuros para el hombre. Quizá los tenga en poco
quien nunca allí pendió. Ni puede tratar por mucho tiempo


nuestra breve condena con algo tan abrupto y profundo. ¡Vamos! trepa,
desgraciado, y que te sirva de consuelo esto en el torbellino: toda
vida termina con la muerte y cada día muere con el sueño.

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