lunes, 31 de agosto de 2015

Federico García Lorca: El poeta habla por teléfono con el amor

Tu voz regó la duna de mi pecho
en la dulce cabina de madera.
Por el sur de mis pies fue primavera
y al norte de mi frente flor de helecho.

Pino de luz por el espacio estrecho
cantó sin alborada y sementera
y mi llanto prendió por vez primera
coronas de esperanza por el techo.

Dulce y lejana voz por mí vertida.
Dulce y lejana voz por mí gustada.
Lejana y dulce voz amortecida.

Lejana como oscura corza herida.
Dulce como un sollozo en la nevada.
¡Lejana y dulce en tuétano metida!

domingo, 30 de agosto de 2015

Santiago Kovadloff: Claridad

Mientras subo en ascensor cierro los ojos.
¿Yo soy este hombre?
¿Esto hice de mí?
Encerrado en esta caja
de metal y de madera,
ya no me amparan
ni los pasos presurosos
ni el laborioso vértigo del día.
Un hombre sin rumbo
marcha hacia lo alto;
carga portafolio,
mi nombre lo atormenta.
El espejo no refleja: lo denuncia;
atrás quedan los pisos,
abrazos que no di,
puertas perdidas
y cada vez más cerca
las palabras que golpean,
la miseria que sembré,
lo que sé y ya nada aparta
mientras sube el ascensor,
disipa la penumbra
y los ojos con que no miro
todo lo pueden ver.

sábado, 29 de agosto de 2015

José María Cumbreño: La parte por el todo

Todas las casas se construyen con presencias y ausencias.
El ladrillo que se pone será un muro.
El ladrillo que no se pone será una puerta.

viernes, 28 de agosto de 2015

Rainer Maria Rilke: Una y otra vez...

Una y otra vez, aunque conozcamos el paisaje del amor
y el pequeño cementerio con sus nombres que se lamentan
y el barranco terriblemente callado, en que los otros
desembocan: una y otra vez salimos emparejados
bajo los viejos árboles; y nos echamos, una y otra vez,
entre las flores, frente al cielo.

jueves, 27 de agosto de 2015

Johannes Bobrowski: Llanura

Lago.
El lago.
Hundidas
las orillas. Bajo la nube
la grulla. Blancos brillan
los milenios de los pueblos
de pastores. Con el viento

subí monte arriba.
Aquí viviré. Un cazador
era yo pero me venció
la hierba.

Enséñame a hablar, hierba,
enséñame a estar muerto y a escuchar,
largamente, y a hablar, piedra,
enséñame a permanecer, agua,
y por mí, viento, no preguntes.



Traducción de Clara y Alfonsina Janés

miércoles, 26 de agosto de 2015

Francisco de Medrano: Soneto XXII


No sé cómo ni cuando ni qué cosa  

 sentí que me llenaba de dulzura;  

 sé que llegó a mis brazos la hermosura,  

 de gozarse conmigo codiciosa;  

 

sé que llegó, si bien con temerosa 

 vista resistí apenas su figura;  

 luego pasmé como el que en noche oscura,  

 perdido el tino, el pie mover no osa.  

 

  Siguió un gran gozo a este pasmo o sueño  

 -no sé cómo ni cuando ni qué ha sido-   

 que lo sensible todo puso en calma.  

 

  Ignorarlo es saber: que es bien pequeño  

 el que puede abarcar solo el sentido,  

 y éste pudo caber en solo el alma.

martes, 25 de agosto de 2015

Manuel Altolaguirre: La nube

Oh libertad errante, soñadora,
desnuda de verdor, libre de venas,
arboleda del mar, errante nube;
si en lluvia el desengaño te convierte,
la forma de mi copa podrá darte
una pequeña sensación de cielo.

Vuelve a la tierra, oh mar, vuelve a la vida,
a las cadenas de los largos ríos,
a las prisiones de los hondos lagos;
vuelve afiliada a penetrar mil veces
angostos laberintos vegetales.

¡Oh libertad, tus puertas son heridas!
No las quieras abrir, sigue encerrada
en la sedienta piel o te sostenga
el inclinado cauce del torrente.

Todo sueño que es nube se deshace.
Vuelva a brillar el sol, pues la blancura
de esa ilusión de libertad celeste
es tan sólo una sombra hecha jirones.

No sueñe más el agua, y tenga vida
en la savia o la sangre, tenga sólo
en mí su libertad, libre en mis lágrimas.

lunes, 24 de agosto de 2015

Denise Levertov: Agnus Dei

Dado que los corderos
son crías de la oveja; dado que las ovejas
son miedosas y torpes, y no saben defenderse,
porque no tienen garras ni violencia,
veneno ni malicia, ¿qué es, entonces,
el "Cordero de Dios"?

¿Esta hermosa criatura,
que husmea con vigor las ubres de su madre;
portadora de lana y de balidos,
que salta por el aire contenta de existir, y que descubre atónita
cuatro patas en las que aterrizar, el pasto
lo único del mundo que conoce?

          ¿La que nos llevaríamos a jugar,
adornada de cintas, aunque no dejaríamos
que entrara en nuestra casa
por miedo a que ensuciara el piso con sus heces?

¿Qué se oculta, terrible, detrás de estas palabras
tan extrañas:
Oh Cordero de Dios que quitas el pecado
del mundo: una inocencia que parece ignorancia,
engendrada en la nieve manchada por la sangre
que lamen los ancestros de los perros,
más sagaces que todo el rebaño en su conjunto?

                           ¿Entonces Dios,
          que abarca todo,
          está indefenso? ¿La omnipotencia
          ha sido reducida a un montoncito húmedo de lana?

                     Y nosotros,
                     temerosos, abúlicos, que queremos tan sólo
echarnos a dormir hasta que la catástrofe
haya llegado al clímax y arrasado con todo
para pasar al fin,
                     y que queremos despertar tranquilos
sin recordar después el sufrimiento,


                     nosotros los que, llenos de vergüenza,
en nuestra mísera esperanza, buscamos que nos rescataran de las                                                                                                       [llamas,
y nos dieran la dicha que creímos merecer por haberla imaginado,

                    ¿entonces se supone que nosotros
debemos proteger a este animal perversamente débil,
que con su hocico insiste en tratar de encontrar leche en nosotros?
¿Debemos estrechar en nuestro corazón
helado a un Dios que tiembla?


Que así sea.
           Ven, trapo sucio, estremecido,
                                 ven, estrella distante.
                   Vamos a ver si algo de los hombres
                   aún puede protegerte,
                          chispa
                   de luz remota.



De "Misa de Santo Tomás Apóstol"
Traducción: Ezequiel Zaidenwerg

domingo, 23 de agosto de 2015

Sharon Olds: Cuerpo muerto

No soportaba dejarlo solo en la habitación
después de que murió. Durante meses
siempre hubo alguien con él, estuviera dormido,
despierto, en coma, siempre alguien, pero después
nos quedábamos fuera y él dentro,
solo: como si lo único importante fuera su conciencia,
ese hombre que tuvo tan poca conciencia, que fue
90% cuerpo. Yo no soportaba
esa forma de tratarlo como basura, íbamos a quemarlo,
como si sólo importara el alma. Quién era ése
si no él, tirado ahí, seco y abandonado.
Me enfrentaría a quienquiera
que no respetara ese cuerpo: que viniera
un estudiante de medicina y se atreviera a hacer un chiste sobre su hígado
y lo derribaría. Hubiera sido tan bueno tener a quien derribar.
Y si lo íbamos a quemar,
quería quemarlo entero, no ver
su brazo mañana en el cuerpo de alguien
en Redwood City, o que le arrancaran
la lengua para trasplantarla, o ese ojo renuente.
Y qué si su alma ya no estaba,
yo lo conocí desalmado toda mi infancia, lo veía
acostado en el rincón más oscuro de la sala
con la boca abierta en el sofá
y ahí no había nada más que su cuerpo.
Así que en el hospital, me quedé a su lado,
acaricié sus brazos, su cabello,
no pensaba que estuviera ahí
pero igual ése era el hombre que yo había conocido,
un hombre hecho de sustancia espesa,
un hombre crudo, como esos seres primitivos
que poblaban el mundo antes de que Dios tomara
su peculiar arcilla y creara
a su propia gente.

 
 
(Traducción de Mory Ponsowy)

sábado, 22 de agosto de 2015

Sharon Olds: His Stillness

The doctor said to my father, "You asked me
to tell you when nothing more could be done.
That's what I'm telling you now." My father
sat quite still, as he always did,
especially not moving his eyes. I had thought
he would rave if he understood he would die,
wave his arms and cry out. He sat up,
thin, and clean, in his clean gown,
like a holy man. The doctor said,
"There are things we can do which might give you time,
but we cannot cure you." My father said,
"Thank you." And he sat, motionless, alone,
with the dignity of a foreign leader.
I sat beside him. This was my father.
He had known he was mortal. I had feared they would have to
tie him down. I had not remembered
he had always held still and kept quiet to bear things,
the liquor a way to keep still. I had not
known him. My father had dignity. At the
end of his life his life began
to wake in me.



Su quietud

El doctor dijo: "Usted me pidió que le dijera
cuando no se pudiera hacer nada más.
Se lo digo ahora."
Mi padre estaba sentado,
casi inmóvil, como siempre, sin mover los ojos.
Yo supuse que se enfurecería al saber que moriría,
que agitaría los brazos, que gritaría.
Pero se quedó sentado,
limpio con su pijama limpio,
delgado, como un santo.
El doctor dijo: "Podemos hacer algunas cosas
para darle tiempo, pero no lo podemos curar".
Mi padre le dio las gracias.
Y se quedó sentado, quieto, solo,
digno como un rey extranjero.
Me senté a su lado. Ese era mi padre:
siempre supo que era mortal. En cambio, yo temí
que tuvieran que amarrarlo. Había olvidado
que siempre se quedaba así, aguantando,
en silencio, el alcohol un modo de callar.
No lo había conocido: mi padre tenía dignidad.
Al final de su vida, su vida
empezó a despertar en mí.



Traducción de Mory Ponsowy

viernes, 21 de agosto de 2015

Elizabeth Bishop: The One Art

The art of losing isn’t hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.

Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn’t hard to master.

Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.

I lost my mother’s watch. And look! my last, or
next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn’t hard to master.

I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn’t a disaster.

—Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan’t have lied.  It’s evident
the art of losing’s not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.




Un arte

El arte de perder no es muy difícil;
tantas cosas contienen el germen
de la pérdida, pero perderlas no es un desastre.


Pierde algo cada día. Acepta la inquietud de perder
las llaves de las puertas, la horas malgastadas.
El arte de perder no es muy difícil.


Después intenta perder lejana, rápidamente:
lugares, y nombres, y la escala siguiente
de tu viaje. Nada de eso será un desastre.


Perdí el reloj de mi madre. ¡Y mira! desaparecieron
la última o la penúltima de mis tres queridas casas.
El arte de perder no es muy difícil.


Perdí dos ciudades entrañables. Y un inmenso
reino que era mío, dos ríos y un continente.
Los extraño, pero no ha sido un desastre.


Ni aun perdiéndote a ti (la cariñosa voz, el gesto
que amo) me podré engañar. Es evidente
que el arte de perder no es muy difícil,
aunque pueda parecer (¡escríbelo!) un desastre.

jueves, 20 de agosto de 2015

Rafael Felipe Oteriño: La piedra

Yo soy el que arroja la piedra,
el que le da su ímpetu y dirección,
el que aporta el músculo y la libertad.

Ella es la que cruza el aire
y se clava lejos, donde no se oye
mi voz ni el eco de su partida.

De este lado sólo queda el peso
de una llama que abriga con leves
parpadeos. Del otro lado

está el misterio de la tierra nueva,
los círculos cada vez más anchos
de la nueva edificación.

Pero de eso nada sé: allá no pueden
mis ojos ni mi oído alcanza
a entender su voz. Sólo he visto

que la piedra partió; clavada está
en alguna parte, adonde no llega
mi voluntad, ni la imaginación.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Ted Hughes: Karlsbad Caverns

We had seen the bats in Karlsbad caves,
Thick as shaggy soot in chimneys
Bigger than cathedrals. We'd made ourselves dots
On the horizon of their complete world
And their exclusive lives.
Presumably the whole lot were happy --

So happy they didn't know they were happy,
They were so busy with it, so full of it,
Clinging upside down in their stone heavens.

Then we checked our watches. The vanguard bats,
To the minute, started to flicker and whirl
In the giant mouth of the cavern

That was our amphitheatre, where they were the drama.
A flickering few thickened to a million
Till critical boiling mass tore free of the magnet

Under the earth. The bats began to hurl out --
Spill out, smoke out, billow out,
For half an hour was it, an upward torrent

Of various millions of bats. A smoky dragon
Out of a key-hole earth,
A great sky-snake writhing away southwards

Towards the Rio Grande
Where every night they caught their tons of insects --
Five tons, somebody said.

And that was how it should be.
As every night for how many million years?
A clockwork, perfected like their radar.

We weren't sure whether to stay the night or go.
We were where we had never been in our lives.
Visitors -- visiting even ourselves.

The bats were part of the sun's machinery,
Connected to the machinery of the flowers
By the machinery of insects. The bats' meaning

Oiled the unfailing logic of the earth.
Cosmic requirement -- on the wings of a goblin.
A rebuke to our flutter of half-participation.

Thoughts like that were stirring, when somebody yelled.
The sky-dragon of bats was making a knot.
'They're coming back!'
We stared and we saw.

Through the bats, a mushrooming range
Of top-heavy thunderheads, their shutters flashing
Over the Rio Grande. The bats had a problem.

Wings above their heads like folding umbrellas
They dived out of the height
Straight back into the cave -- the whole cloud,

The vast ragged body of the genie
Pouring back into the phial. All over the South
The storm flashed and crawled like a war.

Those bats had their eyes open. Unlike us,
They knew how, and when, to detach themselves
From the love that moves the sun and the other stars.
 
 



Las grutas de Karlsbad

Vimos a los murciélagos en las cuevas de Karlsbad,
espesos como el enmarañado hollín de las chimeneas
más grandes que las catedrales. Nos convertimos sólo en puntos

en el horizonte de su mundo completo
y de sus vidas exclusivas.
Presumiblemente el grupo entero era feliz,

tan feliz que no sabían que eran felices,
ocupados en su felicidad, llenos de ella,
colgados al revés en sus cielos de piedra.

Comprobamos nuestros relojes. Los murciélagos de vanguardia
sincronizados al minuto, empezaron a agitarse y dar vueltas
en la boca enorme de la gruta

que era nuestro anfiteatro, y ellos el drama.
Unos cuantos, agitados, se reunieron en millones
hasta que la concentración ebullidora se liberó del imán

subterráneo. Los murciélagos comenzaron a salir,
derramándose, como humo, en hinchadas olas
durante una media hora, un aguacero hacia arriba

de infinitos murciélagos. Un humeante dragón
saliendo de la cerradura de la llave terráquea,
una gran serpiente celeste reptando hacia el sur,

hacia el Río Grande
donde cada noche capturaban sus toneladas de insectos,
cinco toneladas, dijo alguien.

Y así es como tenía que ser.
Cada noche ¿durante cuántos años?
Un mecanismo de relojería perfecto como un radar,

No estábamos seguros de si pasar la noche allí o irnos.
Estábamos donde jamás habíamos estado en nuestras vidas.
Visitantes, incluso visitándonos a nosotros mismos.

Los murciélagos eran parte de la maquinaria del sol,
conectados con la maquinaria de las flores
por la de los insectos. El significado de los murciélagos

lubrificaba la infalible lógica de la tierra.
Requerimiento cósmico, en las alas de un espectro.
Un reproche a nuestro revolotear participando a medias.

Pensamientos parecidos nos rondaban, cuando alguien gritó.
El dragón celeste de los murciélagos estaba anudándose.
«¡Vuelven!». Observamos y vimos,

a través de los murciélagos, una sierra de nubes de tormenta
creciendo como hongos, más pesada la parte más alta, destellos de
su acción sobre el Río Grande. Los murciélagos tenían un problema.

Las alas por encima de sus cabezas como paraguas plegables
se lanzaron desde lo alto
directamente a la cueva otra vez, la nube entera,

el desarrapado y vasto cuerpo del genio
que entra de nuevo en la lámpara. A lo largo del sur
la tormenta se deslizaba y resplandecía como una guerra.

Aquellos murciélagos tenían los ojos abiertos. A diferencia de
nosotros,

ellos sí sabían cómo y cuándo apartarse
del amor que mueve el sol y las demás estrellas.

martes, 18 de agosto de 2015

Helena Sinervo: Aguja

Se pasa uno la vida buscando, se consume el cigarro
y no se ve huella. Pero a veces
se percibe el destello,
su fracción de segundo: un brumoso mar en llamas
en ojos desconocidos. ¿Es eso lo que querían
esquivar, la nieve cuando cae del alero,
mientras juntos giramos alrededor del sol?
A esos instantes
tú los llamas eternos,
yo amor, él soledad.
Alguien sugiere “belleza”
pero lamenta no haberla visto.
En una aguja del pino el bosque entero.



Traducido del finlandés por Pura López Colomé y Magnus William-Olson

lunes, 17 de agosto de 2015

Ángel González: Hay que ser muy valiente

Hay que ser muy valiente para vivir con miedo.
Contra lo que se cree comúnmente,
no es siempre el miedo asunto de cobardes.
Para vivir muerto de miedo,
hace falta, en efecto, muchísimo valor.

domingo, 16 de agosto de 2015

Lope de Vega: ¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?

¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el yelo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía:
«Alma, asómate agora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!

¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!

sábado, 15 de agosto de 2015

William Wordsworth: Aves acuáticas


(Observadas frecuentemente sobre los lagos Rydal y Grasmere)


   VED cómo los plumosos habitantes del agua,
con tal gracia al moverse, que apenas se diría
inferior a la angélica, prolongan
su curioso placer. Describen en el aire
(y a veces con volar osado, que se cierne
hasta las mismas cumbres),
un círculo más amplio que el lago, allá en lo hondo,
su dominio; y en tanto que se aplican
a trazar, una vez y otra vez, el gran círculo,
su jubilosa actividad describe
centenares de curvas y círculos menudos,
ora abajo, ora arriba, en avance intrincado,
pero seguro, como si guiase un espíritu
su vuelo infatigable. Ya el juego terminó:
así lo imaginé diez o más veces;
pero, mira: la banda, desvanecida ya,
vuelve a ascender. Se acercan. Rumorean sus alas,
leves al pronto, y luego su enérgico batir
pasa a mi vera y vuelve a oírse el rumor leve.
Al sol invitan, para que juegue con sus plumas,
y al agua o bien al hielo chispeante,
que les muestren su bella imagen. Ellos mismos,
sus bellas formas son en el luciente llano,
con colores más suaves y hermosos, cuando bajan,
casi rozándole... y luego alzan el vuelo
de nuevo, con un súbito empuje presuroso,
como si hicieran burla del lago y del reposo.
 

viernes, 14 de agosto de 2015

Luis Cernuda: Unos cuerpos son como flores...

Unos cuerpos son como flores,
otros como puñales,
otros como cintas de agua;
pero todos, temprano o tarde,
serán quemaduras que en otro cuerpo se agranden,
convirtiendo por virtud del fuego a una piedra en un
hombre.

Pero el hombre se agita en todas direcciones,
sueña con libertades, compite con el viento,
hasta que un día la quemadura se borra,
volviendo a ser piedra en el camino de nadie.

Yo, que no soy piedra, sino camino
que cruzan al pasar los pies desnudos,
muero de amor por todos ellos;
les doy mi cuerpo para que lo pisen,
aunque les lleve a una ambición o a una nube,
sin que ninguno comprenda
que ambiciones o nubes
no valen un amor que se entrega.

jueves, 13 de agosto de 2015

E. M. Cioran: Dices eternidad...

Dices eternidad porque tus temblores han roto el tiempo y cuando el tiempo te ha roto a ti dices nada.

Un cálido soplo hincha las venas y entonces tiemblas de esperanza y te dices: vida, juventud, y te estremeces pensando en el amor o en el futuro. O cuando en ellas solamente circulan pensamientos y brisas de otoño entre dolorosos silencios, entonces te dices muerte y todas las zarzas del tiempo se enroscan en tu alma.

Te das cuenta entonces de tu papel; eres un apasionado de las apariencias. Enfermo de entusiasmo, sigues apegándote y desapegándote a todo y de todo, desgastando según las circunstancias, ciego o espabilado, la inconmensurable temporalidad a la que te has entregado.


(Fragmento de "Breviario de vencidos")

miércoles, 12 de agosto de 2015

Ibn Hazm de Córdoba: Sobre la unión amorosa

Desearía rajar mi corazón con un cuchillo,
meterte dentro de él y luego volver a cerrar mi pecho,
para que estuvieras en él y no habitaras en otro,
hasta el día de la resurrección y del juicio;
para que moraras en él durante mi vida y, a mi muerte,
ocuparas las entretelas de mi corazón en la tiniebla del sepulcro.



Traducido por Emilio García Gómez

martes, 11 de agosto de 2015

Miguel Torga: Pudor

Vens, e não sonho mais
Quebra-se a onda no penedo austero.
E o mar recua, sem haver sinais
De que te quero.

Não sei amar, ou amo o que me foge.
Já com Deus foi assim, na juventude:
Dei-lhe a paixão que pude
Enquanto o namorava na distância;
Depois, ou medo, ou ânsia
De maior perfeição,
Vi-o junto de mim e fiquei mudo.
Neguei-lhe o coração.
E então perdi-o, como perco tudo.



PUDOR

Vienes y dejo de soñar.
Se deshace la ola en el peñasco austero.
Y el mar retrocede, sin dejar ni señal
De que te quiero.

No sé amar, o amo lo que me huye.
Ya fue con Dios así, en mi juventud:
Le di la pasión que pude
Mientras lo cortejaba en la distancia;
Después, o miedo, o ansia
De mayor perfección,
Al verlo junto a mí, me quedé mudo.
Le negué el corazón
Y entonces lo perdí, como lo pierdo todo.



Traducción de José Luis Puerto

lunes, 10 de agosto de 2015

Óscar Hahn: Adagio cantabile

Un corazón de pronto
deja de latir

El cuerpo entonces
deja de ver
deja de escuchar
deja de sentir
El corazón se dice
es el lugar
donde habita el amor
Pero el amor
es lo que sigue latiendo
cuando el corazón
deja de latir.

domingo, 9 de agosto de 2015

Max Aub: Cuestión bizantina

La playa ¿es orilla
de la mar o de la tierra?
Conseja bizantina.
La orilla del bosque
¿es su límite o del llano borde?
¿Qué frontera separa
lo tuyo de lo mío?
¿Quién acota la vida?
¿Vives hoy o mañana?
Raíz, tallo, flor y fruto
¿dónde empiezan y acaban?
El mantillo
¿es orillo
del ramaje muerto,
del renuevo
o del retorcido
helecho nuevo?
Cuestión bizantina.
Importa la orilla,
dormir limpio en ella.
(No somos tú y yo,
sino el hilo impalpable
que va de tu presencia
a la mía.)
Límites y fronteras
se agostarán un día.
Sin orillo ni orilla
¿qué más da de quién sean
los cachones, la arena?
La playa es orilla
de la mar y de la tierra,
nunca frontera:
Nada separa,
Nada se para.
Palabra.

sábado, 8 de agosto de 2015

Paul Éluard: La mort, L'amour, la vie

J’ai cru pouvoir briser la profondeur de l’immensité
Par mon chagrin tout nu sans contact sans écho
Je me suis étendu dans ma prison aux portes vierges
Comme un mort raisonnable qui a su mourir
Un mort non couronné sinon de son néant
Je me suis étendu sur les vagues absurdes
Du poison absorbé par amour de la cendre
La solitude m’a semblé plus vive que le sang
Je voulais désunir la vie
Je voulais partager la mort avec la mort
Rendre mon cœur au vide et le vide à la vie
Tout effacer qu’il n’y ait rien ni vire ni buée
Ni rien devant ni rien derrière rien entier
J’avais éliminé le glaçon des mains jointes
J’avais éliminé l’hivernale ossature
Du voeu de vivre qui s’annule

Tu es venue le feu s’est alors ranimé
L’ombre a cédé le froid d’en bas s’est étoilé
Et la terre s’est recouverte
De ta chair claire et je me suis senti léger
Tu es venue la solitude était vaincue
J’avais un guide sur la terre je savais
Me diriger je me savais démesuré
J’avançais je gagnais de l’espace et du temps
J’allais vers toi j’allais sans fin vers la lumière
La vie avait un corps l’espoir tendait sa voile
Le sommeil ruisselait de rêves et la nuit
Promettait à l’aurore des regards confiants
Les rayons de tes bras entrouvraient le brouillard
Ta bouche était mouillée des premières rosées
Le repos ébloui remplaçait la fatigue
Et j’adorais l’amour comme à mes premiers jours.

Les champs sont labourés les usines rayonnent
Et le blé fait son nid dans une houle énorme
La moisson la vendange ont des témoins sans nombre
Rien n’est simple ni singulier
La mer est dans les yeux du ciel ou de la nuit
La forêt donne aux arbres la sécurité
Et les murs des maisons ont une peau commune
Et les routes toujours se croisent.
Les hommes sont faits pour s’entendre
Pour se comprendre pour s’aimer
Ont des enfants qui deviendront pères des hommes
Ont des enfants sans feu ni lieu
Qui réinventeront les hommes
Et la nature et leur patrie
Celle de tous les hommes
Celle de tous les temps.



La muerte, el amor, la vida...

Creí poder romper lo profundo lo inmenso
Por mi pena desnuda sin contacto sin eco
Me tendí en mi prisión de puertas vírgenes
Como un muerto modoso que ha sabido morir
Un muerto sin corona más que la de su nada
Me tendí sobre las olas absurdas
Del veneno bebido por amor a la ceniza
La soledad me pareció más viva que la sangre

Quería desunir la vida
Quería compartir la muerte con la muerte
Arrojar mi corazón al vacío y el vacío a la vida
Borrar todo que no hubiera nada ni cristal ni vapor
Ni nada delante ni nada detrás nada cabal
Había eliminado el témpano de las manos unidas
Había eliminado la osatura invernal
De la promesa de vivir que se anula.

Llegaste tú el fuego entonces se avivó
Cedió la sombra el frío de aquí abajo se consteló
Y la tierra se recubrió
Con tu carne clara y yo me sentí ligero
Llegaste tú la soledad estaba derrotada
Yo tenía un guía en el mundo sabía
Dirigirme me sabía desmesurado
Avanzaba ganaba espacio y tiempo

Iba hacia ti iba sin fin hacia la luz
La vida tenía un cuerpo la esperanza tendía su velo
El sueño rezumaba de ensueños y la noche
Prometía a la aurora miradas confiadas
Los rayos de tus brazos entreabrían la bruma
Tu boca estaba húmeda de rocíos tempranos
Fascinado descanso sustituía al cansancio
Y el amor me encantaba como en mis días iniciales.

Se cultivan los campos las fábricas relucen
Y el trigo anida en una enorme marejada
Abundan los testigos de cosecha y vendimia
Nada es sencillo nada es raro

El mar está en los ojos del cielo o de la noche
El bosque da a los árboles seguridad
Los muros de las casas tienen piel compartida
Y las carreteras siempre se cruzan.

Los hombres están hechos para entenderse
Para comprenderse para amarse
Tienen hijos que serán padres de hombres
Tienen hijos sin lar ni casa
Que volverán a inventar a los hombres
Y a la naturaleza y a su patria
La de todos los hombres
La de todas las épo
cas.

(Versión de Jesús Munárriz)

viernes, 7 de agosto de 2015

Quinto Horacio Flaco: Oda XI (A Leucónoe)


Tu ne quaesieris, scire nefas, quem mihi, quem tibi

finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios

temptaris numeros. Ut melius, quidquid erit, pati,

seu pluris hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam,

quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare

Tyrrhenum: sapias, vina liques, et spatio brevi

spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit invida

aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.



Oda XI. A Leucónoe

No pretendas saber, pues no está permitido,
el fin que a ti y a mí, Leucónoe,
nos tienen asignados los dioses,
ni consultes los números Babilónicos.
Mejor será aceptar lo que venga,
ya sean muchos los inviernos que Júpiter
te conceda, o sea éste el último,
el que ahora hace que el mar Tirreno
rompa contra los opuestos escollos.
Sé prudente, filtra el vino
y adapta al breve espacio de tu vida
una esperanza larga.
Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso.
Vive el día de hoy. Captúralo.
No te fíes del incierto mañana.


jueves, 6 de agosto de 2015

Emily Dickinson: I Died For Beauty

I died for Beauty - but was scarce
Adjusted in the Tomb,
When One who died for Truth was lain
In an adjoining room -

He questioned softly "why I failed?"
"For Beauty," I replied -
"And I  - for Truth - Themself are One;
We brethren are," He said -

And so, as Kinsmen met a Night -
We talked between the Rooms -
Until the Moss had reached our lips -
And covered up - our names- 



Morí por la Belleza



Yo morí por la Belleza, 
pero apenas estaba colocada en la tumba,
cuando uno que murió por la Verdad

fue tendido en un cercano lugar.

Me preguntó en voz baja por qué había muerto.
-Por la Belleza -respondí-
-Y yo por la Verdad. Ambas son la misma cosa-
Somos hermanos -dijo él-.


Y así hablamos desde nuestros aposentos
como parientes que se encuentran en la noche,
hasta que el musgo alcanzó nuestros labios
y cubrió nuestros nombres.

miércoles, 5 de agosto de 2015

William Carlos Williams: The descent

The descent beckons
                as the ascent beckoned
                            Memory is a kind
of accomplishment
                a sort of renewal
                                even
an initiation, since the spaces it opens are new places
                inhabited by hordes
                            heretofore unrealized
of new kinds—
                since their movements
                            are toward new objectives
(even though formerly they were abandoned)

No defeat is made up entirely of defeat—since
the world it opens is always a place
                formerly
                            unsuspected. A
world lost
                a world unsuspected
                            beckons to new places
and no whiteness (lost) is so white as the memory
of whiteness

With evening, love wakens
                though its shadows
                            which are alive by reason
of the sun shining—
                grow sleepy now and drop away
                            from desire

Love without shadows stirs now
                beginning to awaken
                            as night
advances

The descent
                made up of despairs
                            and without accomplishment
realizes a new awakening:
                            which is a reversal
of despair
                For what we cannot accomplish, what
is denied to love
                what we have lost in the anticipation—
                            a descent follows
endless and indestructible-


 
EL DESCENSO

El descenso nos llama
como nos llamaba el ascenso.
La memoria es una especie
de consumación,
una suerte de renovación,
incluso
de inicio, pues los espacios que abre son lugares nuevos
habitados por hordas
de especies
hasta entonces impensadas;
y sus movimientos
se orientan hacia nuevos objetivos
(aun cuando antes hayan sido abandonados).

Ninguna derrota es enteramente una derrota, pues
el mundo que abre es siempre un sitio
hasta entonces
insospechado. Un
mundo perdido,
un mundo insospechado,
abre paso a nuevos lugares
y no hay blancura (perdida) tan blanca como el recuerdo
de la blancura.

Con el atardecer, el amor despierta
aunque sus sombras
–que dependen
de la luz del sol–
se adormecen y se apartan
del deseo.

Despierta así un amor
sin sombras
que ha de crecer
con la noche.

Surgido de la desesperación,
inconcluso,
el descenso
despierta a un nuevo mundo
que es el reverso
de la desesperación.
Para lo que no podemos lograr, lo que
se niega al amor,
lo que perdimos por anticiparnos,
se abre un descenso
sin fin, e indestructible.


Traducción de Juan Antonio Montiel 

martes, 4 de agosto de 2015

Nazim Hikmet: Acerca del vivir (II)

Sucede, por ejemplo,
que estamos muy enfermos;
que hemos de soportar una difícil operación;
que cabe la posibilidad
de que no volvemos a levantarnos de la blanca mesa.
Aunque sea imposible no sentir
la tristeza de partir antes de tiempo,
seguiremos riendo con el último chiste,
mirando por la ventana para ver
si el tiempo sigue lluvioso,
esperando con impaciencia
las últimas noticias de prensa.
Sucede, por ejemplo, que estamos en el frente,
por algo, por ejemplo, que vale la pena que se luche.
Nada más comenzar el ataque, al primer movimiento,
Puede caerse cara a tierra, y morir.
Todo esto hemos de aceptarlo con singular valor,
y a pesar de todo, preocuparnos apasionadamente
por esa guerra que puede durar años y años.
Sucede
que estamos en la cárcel.
Sucede
que nos acercamos
a los cincuenta años,
y que falten dieciocho más
para ver abrirse las puertos de hierro.
Sin embargo, hemos de seguir viviendo con los de fuera,
con los hombres, los animales, los conflictos y los vientos,
es decir, con todo el mundo exterior que se halla
tras el muro de nuestros sufrimientos;
es decir: estemos donde estemos
hemos de vivir
como si nunca hubiésemos de morir.

lunes, 3 de agosto de 2015

Juan Ramón Jiménez: No corras, ve despacio

¡No corras, ve despacio,
que adonde tienes que ir es a ti solo!
¡Ve despacio, no corras,
que el niño de tu yo, reciennacido
eterno,
no te puede seguir!

domingo, 2 de agosto de 2015

Charles Reznikoff: Te Deum

Not because of victories
I sing,
having none,
but for the common sunshine,
the breeze,
the largess of the spring.
Not for victory
but for the day’s work done
as well as I was able;
not for a seat upon the dais
but at the common table.

 
Te Deum

No canto
a las victorias,
no tengo ninguna,
sino a la simple luz del sol,
la brisa,
la generosidad de la primavera.

A las victorias no
sino al trabajo cotidiano hecho
lo mejor que he podido;
no por un lugar en el estrado,
sino en la mesa común.





Versión de Jonio González

sábado, 1 de agosto de 2015

Jack Gilbert: The Forgotten Dialect of the Heart

 How astonishing it is that language can almost mean,
and frightening that it does not quite. Love, we say,
God, we say, Rome and Michiko, we write, and the words
get it all wrong. We say bread and it means according
to which nation. French has no word for home,
and we have no word for strict pleasure. A people
in northern India is dying out because their ancient
tongue has no words for endearment. I dream of lost
vocabularies that might express some of what
we no longer can. Maybe the Etruscan texts would
finally explain why the couples on their tombs
are smiling. And maybe not. When the thousands
of mysterious Sumerian tablets were translated,
they seemed to be business records. But what if they
are poems or psalms? My joy is the same as twelve
Ethiopian goats standing silent in the morning light.
O Lord, thou art slabs of salt and ingots of copper,
as grand as ripe barley lithe under the wind’s labor.
Her breasts are six white oxen loaded with bolts
of long-fibered Egyptian cotton. My love is a hundred
pitchers of honey. Shiploads of thuya are what
my body wants to say to your body. Giraffes are this
desire in the dark. Perhaps the spiral Minoan script
is not laguage but a map. What we feel most has
no name but amber, archers, cinnamon, horses, and birds.



El dialecto olvidado del corazón

Cuán asombroso es que el lenguaje puede tener significado
y cuán terrorífico es que no siempre lo tiene. Amor, decimos,
Dios, decimos, Roma y Michiko, escribimos, y las palabras
lo dicen mal. Decimos Pan y tiene un significado
que depende de cada nación. El francés no tiene una palabra para Hogar,
y nosotros no tenemos una palabra para el estricto placer. Una persona
en el norte de la India está muriendo porque su milenaria
lengua carece de expresiones de cariño. Sueño con
vocablos perdidos que podían expresar algo que
nosotros ya no podemos. Tal vez los textos etruscos
finalmente explicarían por qué las parejas en sus tumbas
están sonriendo. Tal vez no. Cuando las miles
de misteriosas tablas sumerias fueron traducidas,
parecían ser registros mercantiles. Pero ¿y si
eran poemas o salmos? Mi alegría equivale a doce
cabras etiopes que permanecen en silencio a la luz de la mañana.
Oh Señor. Tú eres lozas de sal y lingotes de cobre,
grandioso como la cebada madura ligera bajo el viento.
Sus pechos son seis bueyes blancos cargados con rollos
de largas fibras de algodón egipcio. Mi amor es cien
jarras de miel. Cargamentos de thuya es lo que
mi cuerpo quiere decirle a tu cuerpo. Las jirafas son
este deseo en la oscuridad. Quizá la escritura espiral minoica
no es un lenguaje sino un mapa. Casi todo lo que sentimos no tiene
otro nombre que ámbar, arqueros, canela, caballos y pájaros